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Transformación digital colaborativa

transformación digital colaborativa

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La transformación digital colaborativa como opción frente a las recurrentes estadísticas que describen en España, año tras año, una estructura productiva basada en la pyme y el autónomo. 

La atomización empresarial tiene consecuencias importantes para el desarrollo productivo: poco acceso a capital y baja acumulación de conocimiento, ambos imprescindibles para afrontar con éxito el reto de la transformación digital, imprescindible para la supervivencia empresarial del Siglo XXI

Transformarse digitalmente supone sin duda un esfuerzo inversor, mayor o menor en función de las cualidades de los profesionales que pueden ayudar en este proceso transformador. Existen suficientes tecnologías en el mercado de gran calidad a precios muy competitivos y, a pesar de su desconocimiento por la pyme y autónomo, contar con la ayuda de un profesional, les permitirá acceder a ellas con un esfuerzo económico muy controladoEl acceso a la tecnología no es pues la mayor complicación.

El reto se encuentra en proyectar esa transformación sobre las personas. Y esta proyección, necesita tiempo y dedicación en equipos de trabajo tan pequeños que no tienen ni siquiera holgura para atender otras actividades que no sean las recurrentes de su día a día. En el caso de los autónomos es una situación aún más drástica, no cuentan con nadie a quien delegar tareas durante su formación, lo cual termina siendo una carga adicional a su ya saturada jornada.

¿Cómo afrontar la transformación digital entre pymes y autónomos con probabilidades de éxito?

La respuesta ya era adelantada desde Telefónica, para quien la empresa española debería dimensionar hacia organizaciones de al menos 200 empleados para poder acceder a todas las oportunidades que la transformación digital ponía en sus manos, evitando el riesgo de su desaparición por el diferencial competitivo que supondría la no transformación.

La atomización empresarial tiene consecuencias importantes para el desarrollo productivo, poco acceso a capital y baja acumulación de conocimiento, ambos imprescindibles para afrontar con éxito el reto de la transformación digital. 

Si bien pensar, sin un plan que integre a actores económicos y gobiernos, que es viable una transformación productiva tan intensa que facilite que diferentes empresas, minúsculas muchas de ellas, se integren en una nueva organización de mayores dimensiones, es una aspiración imposible, es cierto que precisamente el tamaño sería un factor de éxito para la transformación digital de la pyme y el autónomo.

La clave está en un modelo colaborativo, que si bien no supone una novedad como concepto, sí ha sido acelerado por las nuevas tecnologías. Son numerosas las experiencias empresariales colaborativas en las que ha sido posible de manera compartida el acceso a un determinado servicio por parte de los socios colaboradores que, de otra manera hubiera sido inalcanzable. De esta manera, la colaboración donde las empresas comparten sus medios pueden provocar la transformación digital, creando sinergias de valor entre los socios participantes.

Iniciar procesos de transformación digital colaborativa, podrá desencadenar nuevas dinámicas de colaboración que, enfrentadas de manera transparente y sin egos, podrán empujar al desarrollo de nuevas organizaciones digitalizadas, integradoras de las anteriores, más competitivas y capitalizadas a nivel financiero y de conocimiento.

Logrado el arranque del proceso de transformación digital entre los socios colaboradores, éste provocará por su propia dinámica la oportunidad de la integración entre los colaboradores, generando proyectos empresariales de mayores dimensiones. Y esto puede ocurrir porque lo primero que va a mostrar el proyecto transformador es la cantidad de procesos poco optimizados que se están ejecutando a la vez en el quehacer diario por cada uno de los socios, dando visibilidad de quienes los ejecutando óptimamente y quienes no. Inmediatamente se percibirá como, recursos dispersos por las diferentes empresas, se pueden integrar en procesos compartidos y mejorados, de mayores dimensiones y donde alcancen su máxima capacidad productiva.

Este descubrimiento irá más allá de la producción para impactar, precisamente por la capacidad transformadora de la tecnología en todos los departamentos de las empresas colaboradoras. Será posible unificar y ejecutar coordinadamente esfuerzos comerciales y de comunicación, logrando ampliar el ámbito territorial presente, junto con un reconocimiento de sus productos y servicios mucho mayores al optimizarse el esfuerzo inversor en marketing y comunicación.

En las áreas administrativas, se contará con equipos mixtos de los diferentes colaboradores, que aportarán suficiente conocimiento compartido como para superar la dependencia de proveedores externos de estos servicios, mejorando su eficiencia en el control de la gestión y generación de información financiera de calidad.

En definitiva, iniciar procesos de transformación digital colaborativa, podrá desencadenar nuevas dinámicas de colaboración que, enfrentadas de manera transparente y sin egos, podrán empujar al desarrollo de nuevas organizaciones digitalizadas, integradoras de las anteriores, más competitivas y capitalizadas a nivel financiero y de conocimiento. Es decir, con muchas más probabilidades de supervivencia.

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