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Parecía que este momento no iba a llegar nunca, que pequeñas y medianas empresas no terminábamos de enterarnos de que en la vida, como en el célebre anuncio de Clio, o te mueves o caducas: informática para PYMEs o pasado.
Pero parece que empezamos a espabilar y a entender que la transformación digital de nuestros negocios es un reto que, asumido con optimismo, nos permitirá aumentar la productividad, la eficiencia y las ventas, además de, claro está, sobrevivir en un mercado cambiante.
¿Qué indica que vamos despertando del letargo? Según la previsión de IDC el presupuesto de pequeñas y medianas empresas destinarán a gasto tecnológico en 2018 se incrementa en un 4,9%, llegando hasta los 602.000 millones de dólares a nivel mundial ¡Es un notición!
El hardware absorberá la mayor parte de la inversión en tecnología por parte de las PYMEs, de hecho la adquisición de nuevos dispositivos supondrá 115.000 millones de dólares del presupuesto global estimado por IDC. Pero ¡ojo se prevé un aumento significativo y rápido del gasto en software, que se mantendrá en alza hasta 2021.
Otro dato reseñable es la apuesta por el asesoramiento: las PYMEs invertirán en servicios de consultoría para encarar los retos de la transformación digital. Pero como os comentábamos al principio, quizás no podamos lanzar las campanas al vuelo –o al menos no del todo. ¿Por qué? Porque se trata de tendencias globales, aunque esperemos que España se suba al carro del cambio.
En un país cuyo tejido empresarial está formado principalmente por PYMEs -el de los actores de nuestro mercado nacional se autodenominan como tales- tomar consciencia de la necesidad de digitalizar nuestros negocios para poder seguir compitiendo en un mercado global es un reto en sí mismo.
Durante años, en lugar de espabilar nos hemos quedado estancados en el inmovilismo, dejando la innovación tecnológica a empresas más grandes, a multinacionales o a las PYMEs de otros países, murmurando entre dientes “que innoven ellos que bastante tenemos nosotros con llegar a fin de mes”. El azote de una crisis que nos ha dejado tiesos, combinado con ese montón de complejos que aún nos persiguen nos han frenado en esta evolución.
Pero ahora vemos que nuestros congéneres internacionales se han enterado: o modernizan sus negocios o se extinguen. Y nosotros, como PYMEs españolas ¿nos vamos a quedar agazapados al resguardo del Spain is Different para evitar asumir el reto o… siguiendo con los tópicos… agarraremos el toro por los cuernos?